El paso de los años provoca la desaparición de grasa en la epidermis. Debido a ello, la piel pierde rigidez y sufre un efecto caída. Esto termina provocando una pérdida de volumen en el rostro y falta de firmeza. Para hacer frente a este síntoma del envejecimiento aparece una técnica singular, los hilos tensores.
Qué son los hilos tensores
Se trata de hilos de sutura con capacidad de reabsorción. Es decir, están fabricados en un material biocompatible que permite su inserción en la piel. Los componentes con los que cuenta este producto estimulan la producción de elastina y colágeno en la piel en sus alrededores.
Junto a los hilos lisos también aparece el modelo espiculado, que cuenta con algún tipo de anclaje con forma de flecha, conos o similar. Estos últimos son los empleados en el lifting facial. El tejido blando se recoloca usando los anclajes de los hilos para tensarlo. El procedimiento no requiere una intervención quirúrgica como en el caso del lifting tradicional.
Cómo se usan los hilos tensores
La realización del procedimiento estético mediante hilos tensores consiste en su implantación bajo la dermis mediante una aguja o cánula. Se trata de una red que se sitúa de tal forma que tira del tejido para recolocarlo.
Este tratamiento está indicado para todo tipo de personas que busquen eliminar la flacidez de la piel en su rostro. Ten presente que, al estar fabricados con materiales biocompatibles, el tejido los absorbe en un periodo de tiempo algo inferior a dos años.
Este procedimiento es idóneo para eliminar arrugas o redondear el rostro gracias a las redes de hilos con los que se lleva a cabo. Los hilos tensores son un tratamiento especialmente indicado para aquellas personas que buscan la rigidez en el rostro de una manera sencilla y poco invasiva.